Recursos humanos para mejorar organizaciones

¿Quieres ser gerente? ¡PREPÁRATE!

Recursos humanos para mejorar organizaciones

Uno de los puestos más codiciados es el de gerente, entre otras cosas porque se supone que implica más remuneración, más prestigio y más beneficios. Pero también conlleva más responsabilidades y, lo que es seguro, a los que ostentan ese cargo se les exigen más competencias y habilidades que a la media. Porque déjame decirte que no es un puesto fácil, y hablo desde mi experiencia de 25 años en el cargo en diferentes empresas.

Tendrás que trabajar duro y formarte en múltiples disciplinas porque es un puesto que exige conocimientos en un montón de temas".

Así que lo dicho, si quieres ser gerente tendrás que trabajar duro y formarte en múltiples disciplinas porque es un puesto que exige conocimientos en un montón de temas: financieros, recursos humanos, comerciales, estratégicos, gestión y planificación, también de gestión de la felicidad, y eso, entre muchos otros. Además, deberás ser altamente tolerante a la frustración y, sobre todo y por encima de todo, trabajar por resultados. Porque ten claro que por mucho que haya avanzado la sociedad te seguirán midiendo por lo que consigas.

Complicado, ¿verdad? Son muchas cosas, pero si aún no estás asustado y sigues leyendo estamos en el buen camino. Antes sólo se buscaba a alguien con una licenciatura y dotes de mando. Hoy a un gerente se le pide mucho más, porque lo que antes hacían tres o más personas, hoy lo hace una sola. De hecho, estos son varios de los cargos inherentes al puesto: director, administrador, apoderado, asesor, gestor, organizador, jefe, mánager, representante, paño de lágrimas, pozo sin fondo… Y así podría seguir y seguir y seguir.

Pero ¿cuáles son las competencias que se piden para ser gerente y en las que tendrás que formarte y ganar experiencia para conseguir el puesto y tener éxito? Empieza a apuntar:

Trabajan PARA el equipo. Y para mí este es el punto más importante. Sin equipo no hay gerente. Y es el gerente el que debe trabajar para ellos, nunca al revés".

  1. Trabajan PARA el equipo. Y para mí este es el punto más importante. Sin equipo no hay gerente. Y es el gerente el que debe trabajar para ellos, nunca al revés.
  2. Son Coach-Pro. Tienen que tomarse el tiempo de hacer que su equipo entienda, comparta y, lo más difícil, que haga suyo cada objetivo.
  3. Son mejores que Matías Prats, aunque una referencia más actual sería Ibai Llanos. Deben ser grandes comunicadores, lo que implica que tienen que contar e informar al equipo, pero ojo, también tienen que escuchar mucho. Incluso diría que van a escuchar de todo ☺.
  4. Disfrutan siendo jardineros. Porque lo que más les preocupa es el cultivo del talento y el crecimiento de su equipo y de las personas que lo componen.
  5. The Rock. Su resistencia emocional debe ser muy muy alta, porque son los que aguantan más presión, y lo que es más importante: la aguantan solos porque no la sueltan a toda la organización. Permanecen tranquilos, serenos, y son el ancla que el equipo necesita, sobre todo, cuando hay tormenta.
  6. Juez del tribunal supremo. Tiene que ser justo y ecuánime, porque sino no se gana el respeto del equipo.

7. Empujador. Sí, existe esa palabra en el diccionario de la RAE. Y quiere decir lo que estás pensando: el que empuja. Tienen que ayudar a los miembros de su equipo a sobresalir y ayudarles a conseguir que lleguen incluso más alto que él y sentirse feliz y orgulloso de ello. Créeme, por experiencia, es un placer casi orgasmático (y esta palabra no viene en el diccionario) ver que alguien alcanza todo su potencial.

8. Elon Musk se queda pequeño a su lado. Porque el buen gerente no se queda con lo que ya funciona, siempre busca mejorar, innovar, no se conforma. Nunca. Y no deja que el equipo lo haga.

9. Tirofijo. Y no me refiero al guerrillero colombiano, sino a que por muy bien que nos llevemos todos en el equipo, el gerente no puede olvidar que tienen unos objetivos y unos plazos para cumplirlos. Y es su labor transmitirlos y conseguir que todos los alcancen.

10. “Siempre positivo nunca negativo”. Esa frase que hizo famoso a Van Gaal (o al revés, no estoy muy segura quien hizo famoso a quien) es muy aplicable a los gerentes. Porque tienen que ser los más optimistas del mundo. Si ellos no se lo creen, ¿piensas que alguien del equipo se lo va a creer?

Recursos humanos para mejorar organizaciones

¿Creías que había acabado? Pues no, aún hay más:

  • Un gerente es el vigía que observa el movimiento del mercado.
  • Un gerente es el visionario que adelanta el futuro de su empresa.
  • Un gerente es la nariz que olfatea los buenos negocios.
  • Un gerente es el conductor que adelanta a su competencia.
  • Un gerente es el creyente que tiene fe ciega en su equipo.
  • Un gerente es el instigador que hace rentable su empresa.
  • Un gerente es el espléndido que hace rico a su equipo.
  • Un gerente es el hacedor que prueba de todo para conseguir sus metas.

Como dice Buzz Lightyear podría seguir hasta el infinito y más allá. Pero creo que ya te has hecho una idea de todo lo que implica. Así que sí, un gerente gana más, puede tener más privilegios y beneficios. Pero también hace más, mucho más. Y de nuevo me pregunto si aún no te he asustado…

Si sigues ahí, te estarás preguntando: ¿cómo se consigue todo esto? ¿Dónde se estudia todo esto? ¿Me decido por ADE, Económicas o Ingeniería? Pues verás: déjame decirte que no hay ninguna universidad, ni máster, ni escuela de negocios que enseñe todo lo que tendrás que hacer como gerente. Por supuesto, debes formarte, en cuantas más disciplinas mejor, pero ten en cuenta también que hay cosas que son innatas, que no se enseñan en ninguna parte, y que tienes que tener en tu forma de ser, en tu carácter, en tu ADN, e ir puliéndolas poco a poco con la experiencia.

Y esa experiencia no tiene por qué ser en una empresa. Puede ser como tesorero de un equipo de fútbol, como entrenador de baloncesto de un equipo de niños o como miembro de un casal fallero. El que tiene madera de líder no puede esconderlo, le sale de dentro. Lo importante es lo que aprendes de cada experiencia y lo que haces con ella.

Son muchos los llamados y pocos los elegidos, pero si has llegado hasta aquí, si crees que tienes todo esto que he nombrado y algo más, estás un paso mucho más cerca del puesto. Ahora sólo te queda ponerte en contacto conmigo y te ayudaré a conseguirlo.

ambición trabajo

¿Eres ambicioso?

ambición trabajo

En todas las entrevistas de trabajo suele haber una pregunta del tipo: “¿eres ambicioso?” Mi experiencia me dice que el 99 % de la gente responde que sí, que es ambicioso. Pero ¿sabéis qué? Es la típica respuesta en la que los entrevistados mienten. Sí, mienten. No creo que lo hagan conscientemente, sino que responden lo que creen que quieres oír, y eso les lleva a contestar que sí porque quieren agradar.

¿Por qué digo que mienten? Pues porque cuando más adelante, en la entrevista, les preguntas “¿dónde te ves dentro de 5 años?”, muchos responden que en el mismo puesto para el que están participando en la selección. Así que ¡te pillé!: ¿eres ambicioso y te ves en el mismo puesto en 5 años? Algo no cuadra aquí. 

La realidad es que no todos los empleados son ambiciosos. Y eso es algo bueno. Dirigir un equipo lleno de estrellas, que quieren trepar constantemente y le pese a quien le pese, es algo difícil de llevar, y sobre todo resulta agotador. Las empresas también necesitan obreros, abejitas trabajadoras que hacen las labores que nadie ve (y que rara vez, por desgracia, se valoran) pero que son vitales para la buena marcha de los proyectos.

Así que, si vas a una entrevista para un puesto en el que la ambición no sea un requisito, no contestes lo que crees que quieren oír. Si lo que valoras es la estabilidad, la tranquilidad, la rutina, eso no solo no es malo, sino que puede ser bueno. Así que hazte valer y sé sincero.

Pero ¿y si, sí que eres ambicioso? Una de las conclusiones de la Guía Hays 2021 es que el 53 % de los españoles cree que no puede desarrollarse profesionalmente. De hecho, un 49 % de los trabajadores admiten en esa encuesta que aceptarían una bajada de salario en un nuevo proyecto a cambio de recibir desarrollo profesional. 

Probablemente debas trabajar la manera en la que los demás te perciben, porque es posible que te hayan encasillado y no vean más allá".

¿Por qué no consigues ese ascenso, esa subida de salario, esa responsabilidad para la que sabes que estás preparado?

Una de las razones puede ser que tienes que trabajar tu imagen personal. ¡Y no me refiero al traje! Quiero decir que probablemente debas trabajar la manera en la que los demás te perciben, porque es posible que te hayan encasillado y no vean más allá.

Por eso creo que estos consejos, para romper “tu techo de cristal” podrían serte útiles:

  • Contrólate: dejarte llevar por tus sentimientos no será bueno para tu imagen laboral. Cuando te sientas frustrado, tómate unos minutos y aclara tu mente.
  • Cree en ti: a veces preguntar a los demás sobre nuestros asuntos transmite inseguridad e indecisión.
  • Date a conocer: comparte con los demás tu trayectoria, tus logros, tus intereses. Pero como decía en el punto anterior, no preguntes, no dudes, muéstrate seguro de tus capacidades. Eso sí, no seas arrogante. Siempre hay un término medio, y seguro que lo encuentras.

Date a conocer: comparte con los demás tu trayectoria, tus logros, tus intereses. Pero como decía en el punto anterior, no preguntes, no dudes, muéstrate seguro de tus capacidades".

  • Aprende a decir “no”: no hagas el trabajo de los demás, aprende a delegar y no te ofrezcas a realizar las tareas de otros.
  • Enorgullécete de tus logros: comentarios como “no fue para tanto” o “no es nada” no solo le restan mérito a tu trabajo (y a tu autoestima), sino que hacen que los demás también lo perciban de esa manera.
  • Acepta las oportunidades que te brindan: aunque el nuevo reto no sea exactamente lo que tú querías y te dé miedo, tienes que aprovecharlo para demostrar tu valía. Y cualquier ocasión es buena para eso.
  • Busca un equilibrio: no conviertas tu trabajo en tu única prioridad. Encuentra un balance entre tu vida laboral y tu vida social. Te hará mejor trabajador porque te hará más feliz, y cuanto más felices somos mejor trabajamos.
  • Fórmate: no dejes nunca de aprender y de mejorar en tu trabajo o en áreas externas a tu trabajo. Cuanto más versátil seas más valioso serás para tu empresa.
  • No tengas miedo a pedirlo: tus credenciales y tu trabajo bien hecho juegan a tu favor. ¿Qué es lo peor que puede pasar: que te digan que no?
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Ten presente que el camino más corto entre dos puntos no siempre es la línea recta. Debes ser constante y perseverante, porque el camino al éxito es empinado y requiere tiempo y estrategia.

Y lo mejor de todo convéncete: ¡puedes conseguirlo!

motivar online

Ideas prácticas para motivar online

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Este último año ha sido difícil para todos. Son muchos cambios, y a todos los niveles, y todos a la vez, y no nos ha quedado otra que adaptarnos a ellos a velocidad de vértigo. Y, además, se ha quedado demasiada gente por el camino.

Todo esto es difícil de asumir. Por ello, ahora más que nunca, es importante cuidar al equipo, y tú siendo su líder tienes que tomar las riendas y serlo más que nunca.

Ahora más que nunca, es importante cuidar al equipo, y tú siendo su líder tienes que tomar las riendas y serlo más que nunca".

Aquí te dejo algunas ideas que espero que te sirvan. La mayoría no implican inversión, solo la voluntad de promover la motivación, la implicación y ¿por qué no? la diversión entre todos, tú incluido, porque tú también necesitas esto.

  • Incentiva que los miembros del equipo enseñen alguna actividad a sus compañeros. Seguro que tienes algún experto jardinero que os pueda enseñar a hacer compost, o un apasionado del yoga, o del canto…
  • Da a conocer a los empleados de forma remota y original.
  • Establece el «Viernes libre de Zoom».
  • Crea un #retosemanal a cumplir. Por ejemplo, pídele al equipo comercial que consigan decir 3 productos que comiencen por la primera letra de su apellido. ¿Te atreves?
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  • Prepara un vídeo de agradecimiento al personal. Se sentirán reconocidos y mejorará su vinculación con la empresa.
  • Envíales propuestas de actividades recreativas para hacer ejercicio.
  • Hazles propuestas divertidas para hacer pausas activas. Pueden ser físicas, por ejemplo “Mimo en la oficina” es decir que unos traten de adivinar lo que otro quiere decir con sus gestos corporales. O pueden ser mentales, por ejemplo, los laberintos.
  • Crea un canal de escucha y contención, a través de plataformas virtuales, para escucharlos, entender cómo se sienten y qué necesitan.
  • Establece teléfonos de emergencia que funcionen como canal de información sanitaria.

  • Crea cursos de formación en una plataforma de e-learning para los colaboradores.

  • Ofrece charlas con médicos.

  • Diseña una encuesta sobre pequeñas decisiones que se deben tomar, como decidir la imagen de un logo, decorar un espacio de la oficina, el nuevo packaging, etc. Ellos que conocen el producto y también a los clientes, seguro que podrán aportar siempre aspectos positivos que mejorarán la eficacia de la decisión y se sentirán genial cuando los tengas en cuenta.

  • Incentivar online puede ser también divertido. Puedes crear una ruleta de premios y que los que consigan cerrar una venta puedan pulsar una vez la rueda y obtener una recompensa, y retransmitirlo en streaming.

  • Promueve un voluntariado corporativo virtual. Por ejemplo, puedes organizar un concurso benéfico, en el que cada miembro del equipo tenga un propósito que cumplir. y donar los fondos recaudados a una organización benéfica de tu elección.

  • Crea un día del videoclub: cítalos para ver una película y posteriormente comentarla.
    No descuidemos a los peques de la casa: crea sesiones con animadores que de forma virtual entretengan a los más pequeños. Eso vinculará más a sus padres con el equipo: si cuidas lo que más quieren, te querrán más.
  • Prepara un video para los que debieron readaptar sus actividades para realizarlas desde casa que les ayude.
  • Haz un sorteo en vivo por videoconferencia. Todos estamos un poco cansados de las videollamadas, pero ¿y si les quitamos hierro, haciendo por ejemplo un sorteo?
  • Pon en marcha un tablero virtual en el que los trabajadores pueden dejar sus notas y compartan mensajes o necesidades.

Pon en marcha un tablero virtual en el que los trabajadores pueden dejar sus notas y compartan mensajes o necesidades".

  • Organizar quinielas y porras de eventos deportivos puede ser también muy divertido.
  • Crea programas de coaching totalmente gratuitos.
  • Haz un afterwork virtual organizando, por ejemplo, un concurso de disfraces, o de cócteles con el equipo…
  • Crea un espacio común donde podáis compartir historias personales. Por ejemplo, crea un concurso de fotos de experiencias.
  • Comparte las buenas noticias. Hay varios grupos de Facebook que se centran en las buenas noticias e incluso algunos boletines de noticias muy buenos a los que puedes suscribirte. O pueden ser directamente buenas noticias de vuestro trabajo o de vuestro equipo.
  • Organiza sesiones «virtuales» al margen del trabajo. Por ejemplo, invita a tus empleados a realizar una visita virtual por el Louvre.
  • Exhibe los talentos de tu equipo celebrando un concurso de talentos online. Seguro que será divertido veros haciendo algo que no tiene que ver con el trabajo.

  • Crea un canal de recomendaciones, donde todos puedan aportar cosas que despierten su interés, por ejemplo: un curso online, un nuevo libro o un audiolibro.

  • Pon en marcha un canal de dudas, en el que, con toda transparencia, muestres la situación real de la organización y cuál puede ser el futuro de esta. De nada sirve engañar u ocultar información porque solo dañará el ambiente laboral y la confianza de los colaboradores. Y en tiempos de incertidumbre, cualquier información nos ayuda a poner los pies en el suelo, y eso nos hace sentir ¡tan bien!

  • Utiliza la gammificación. Produce grandes beneficios y os divertiréis mientras estáis trabajando. Por ejemplo, para las nuevas incorporaciones puedes crear un juego de relacionar presentando las fotos de varios trabajadores y sus áreas de conocimiento.

  • Abre un espacio de bienestar, donde los empleados puedan manifestar sus emociones. Ofréceles un espacio seguro donde hacerlo. Si dar apoyo emocional no es uno de tus puntos fuertes, siempre puedes invertir en un programa de ayuda al empleado para escucharles y darles consejos imparciales de forma confidencial.

Ya sé que son muchas cosas, pero ¡no tienes que ponerlas todas en marcha! Piensa, usa tu imaginación, déjala volar, busca lo que mejor se adapta a tu equipo y tu negocio, y seguro que os irá muy bien.

Pero ¿qué pasa si crees que no eres muy creativo? No pasa nada, porque tienes profesionales que te pueden ayudar a poner en marcha un plan adecuado para tu empresa, que te ayudarán a cuidar a tu equipo y también a llevarlo al siguiente nivel. Muchas de estas herramientas se pueden usar online, pero también offline ya que producen grandes beneficios en los equipos: mejoran la motivación, la implicación, la sensación de pertenencia… Solo tienes que querer hacerlo, así que no te agobies, y da el paso. Estoy aquí si necesitas ayuda.

entrevista trabajo

Preguntas difíciles en una entrevista de trabajo

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¿Cuántas gasolineras hay en España? ¿Cuántos esquíes se alquilan cada año? Si tuvieras superpoderes, ¿cuáles te gustaría tener? ¿Qué harías si ganaras la lotería? ¿Cómo le explicarías a alguien cómo se arregla el pinchazo de una rueda de bicicleta? ¿Cuántas porciones tiene una pizza? Si tuvieras que describir el color amarillo a un ciego, ¿cómo lo harías? Si tuvieras que vaciar un avión lleno de caramelos, ¿cómo lo harías? Si te despiertas una mañana con más de 1.000 emails por responder y sólo puedes responder 300, ¿cuáles responderías?

Estos son ejemplos (reales) de algunas de las muchas preguntas que te pueden resultar difíciles a la hora de afrontar una entrevista de trabajo. Y se te harán difíciles porque es posible que no las esperases. ¿Las respuestas? Son más fáciles de lo que crees. El entrevistador no necesita saber cuántas gasolineras hay en España, ni cuántos esquíes se alquilan al año, no busca una respuesta exacta, o un número concreto. Lo que el entrevistador quiere ver es tu forma de razonar, de llegar a una respuesta coherente a partir de información general. Así que no te dediques a buscar las respuestas a estas preguntas en Google, porque si la pregunta cambia estarás perdido, y es imposible saber qué te van a preguntar exactamente: hay muchas más preguntas inesperadas que podrían hacerte.

Lo que el entrevistador quiere ver es tu forma de razonar, de llegar a una respuesta coherente a partir de información general".

¿Qué hacer ante estas preguntas? Ante todo, mantén la calma, e incluso tómatelo con humor (por supuesto, sin abusar). Puedes ganar tiempo diciendo algo como: “Es una pregunta muy interesante, permítame que la piense bien…” Ten en cuenta que, aunque estas preguntas raras te parezca que no tienen sentido, debes responderlas de la mejor manera posible y tratar de no quedarte nunca callado o no contestarlas.

Las preguntas difíciles de verdad son las del tipo: ¿Tienes alguna pregunta o alguna duda? ¿Por qué quieres trabajar aquí? ¿Por qué debería contratarte? Estas son las que realmente debes preparar porque son casi seguras en una buena entrevista de trabajo, y ¿sabes qué?: son grandes oportunidades para que brilles: así que ¡prepáralas!

Sí, no tengas miedo, no son preguntas de examen para ponerte en un aprieto. De hecho, para tu tranquilidad, ante estas preguntas tan abiertas no hay respuestas correctas ni incorrectas. Así que lánzate, sé tú mismo, y, sobre todo, haz ver a tu entrevistador que eres un gran candidato, ya sea por tu experiencia, capacidad, conocimiento o actitud. Una forma fantástica para conseguirlo es poner ejemplos concretos de lo que podrías hacer, esto es algo muy positivo y que tu entrevistador sabrá valorar. 

coach laboral

Claro que para ello tendrás que investigar antes, ¿ah, pero no lo habías hecho? Pues ese es un paso previo vital que no puedes saltarte nunca. Como parte de la preparación de la entrevista tienes que saber a qué se dedica la empresa a la que vas a buscar trabajo y conocer el puesto que ofrecen. Si además sabes quién es la persona que te va a entrevistar infórmate todo lo que puedas sobre ella. Con todos esos conocimientos solo te queda sacar a relucir tu ingenio y abordar alguna cuestión que les competa, como sus actividades, sus nuevos productos, sus expectativas para el futuro, etc. Eso les impactará, te lo aseguro.

Para finalizar, estoy segura de que has salido de más de una entrevista con la duda de cómo te ha salido. Pues bien, no pasa nada, ¡pregúntalo! De hecho, suele gustar mucho a los reclutadores. Pregúntales acerca de qué piensan sobre tus características como candidato y qué aspectos te recomiendan fortalecer. En el caso de haber realizado una prueba práctica, también puedes preguntar qué cosas son las que más les han gustado y las que menos. Además de demostrarles que te preocupa seguir mejorando y esforzarte, te darán pistas valiosísimas para futuras entrevistas y eso es un gran avance.

Pregúntales a tus entrevistadores acerca de qué piensan sobre tus características como candidato y qué aspectos te recomiendan fortalecer".

Como consejo final: no exageres y nunca, jamás, en ninguna circunstancia, mientas. Porque al final, en una entrevista todo consiste en ser sincero, mostrar confianza y no tratar de aparentar lo que no eres.

sueldo y éxito profesional

Cuando el sueldo no motiva

sueldo y éxito profesional

Todos pensamos que el sueldo es motivador, que ayuda a que trabajemos más y mejor. Pero ¿y si te digo que esto no es cierto?

Hazte esta simple pregunta, y sé sincero en la respuesta (sino esto no tendrá sentido): si te pagaran más, ¿trabajarías más duro? Probablemente, la respuesta es en parte sí y en parte no (soy gallega, así que no puedo evitarlo). Pero si lo piensas bien, descubrirás que un sueldo más alto puede animar a cambiar de trabajo o a trabajar más rápido o más duro, pero solo durante un ratito, después pierde fuerza muy pronto. 

Es decir que, si nos suben el sueldo, nuestra productividad se verá incrementada en el corto plazo, pero pasado un tiempo volveremos a las mismas. Y no, esto no quiere decir que tengamos que dejar de pagar a nuestros empleados o dejar de subirles el sueldo, sino que hay que hacerlo, pero hacerlo bien. 

Paso a explicarme.  ¿Conocéis a Frederick Herzberg y su teoría de Motivación e Higiene? En ella Frederick habla de que las personas estamos influenciadas por dos factores, los higiénicos y los motivacionales. 

Un sueldo más alto puede animar a cambiar de trabajo o a trabajar más rápido o más duro, pero solo durante un ratito, después pierde fuerza muy pronto". 

Las cosas que crean satisfacción son las que están bajo el control del trabajador, esto es, las que se relacionan con lo que él hace y con cómo lo desempeña. De hecho, la motivación se describe como la energía que da el impulso necesario para conducir a las personas a depositar sus fuerzas en la organización con el objeto de alcanzar los resultados. Suena genial ¿verdad? Pues es posible.

Por su parte, la insatisfacción casi siempre es consecuencia de los otros factores, los que Herzberg llamó factores de higiene, que se conocen así porque producen insatisfacción si no están presentes, pero una vez que están cubiertos no tienen apenas efecto real en la satisfacción a largo plazo. Es decir, la presencia de estos factores permite que la persona no se sienta insatisfecha en su trabajo, pero no implica que generarán la motivación necesaria para la consecución de los objetivos que se le hayan puesto.  Su efecto es como un medicamento para el dolor de cabeza, combate el dolor pero no mejora la salud.

De hecho, la Motivación a través del dinero es una estrategia muy anticuada y hoy en día solo la utilizan empresas con estrategias de recursos humanos muy básicas. Y no quieres que ese sea tu caso, ¿o sí? ¿Quieres que tu empresa, independientemente de su tamaño, sea de primer nivel? Pues escucha esto: las compañías que más pagan rara vez ocupan las listas de las mejores empresas. 

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Las políticas de compensaciones económicas para conseguir un alto rendimiento consideran que la nómina debe cumplir estos dos principios: el primero es que el nivel de salario sea el de mercado, sobre todo para evitar la rotación de personal. Y he aquí el primer buen consejo del día: debes conocer no sólo cuánto sino también cómo paga tu competencia. Si no lo sabes, ¡despierta, espabila e infórmate ya! No necesitas pagar una enorme factura de una gran consultora para saberlo, seguro que conoces a directores de empresas de tu sector con los que puedes cambiar impresiones y enterarte. Invítalos a comer y estoy convencida de que además del tema salarial podrás descubrir alguna otra cosa importante para tu trabajo.

Las cosas que crean satisfacción son las que están bajo el control del trabajador, esto es, las que se relacionan con lo que él hace y con cómo lo desempeña".

Eso sí, aquí tengo que hacer una advertencia: si descubres que estás pagando más que los demás, no se te ocurra bajar los sueldos a los empleados. Sé más listo y usa este punto en tu beneficio.

El segundo punto importante que deben cumplir las nóminas es satisfacer todas las necesidades básicas del empleado, lo que es imprescindible para conseguir su estabilidad personal. Porque sin estabilidad no hay buenos empleados, en esto estaremos de acuerdo ¿no?

Una vez dicho todo esto: ¿qué puedes hacer para mejorar la motivación en tu empresa? Hay multitud de ejemplos, desde espacios de distracción, ofrecer formación en aspectos no relacionados con su puesto de trabajo, comedor, flexibilidad en las vacaciones… Pero uno que es básico y que se puede llevar a cabo de la manera más sencilla y barata es reconocer los puntos fuertes y el trabajo bien hecho. Ante una felicitación el empleado se siente emocionalmente vinculado y eso sí es motivador. Porque nada se agradece más que una sincera palmadita en la espalda y, además, comprobarás lo bien que te sientes tú también.

 

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¿Cómo proteger a mi equipo de miembros conflictivos?

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El mundo no siempre es de color rosa. Y coger el camino fácil, aunque es tentador, no es lo que te ha llevado a donde estás ¿verdad? A veces, nos toca lidiar con personas dentro del equipo que, en lugar de sumar, restan, y eso suele ser frustrante, muy frustrante, de hecho. Y lo es más si resulta que esa persona antes era de tu total confianza, pero ha cambiado y ahora te está decepcionando día a día, y peor aún, crea conflictos con los demás y torpedea el desempeño del resto del equipo.

Así que ¿qué podemos hacer? Lo primero, ¡calma! Sé que a veces lo que te pide el cuerpo es estallar por fin ante alguna de sus provocaciones y que se quite de tu vista de una vez. Lo entiendo, de verdad, todos somos humanos y tenemos un límite, pero vamos a ver si podemos tratar de darle la vuelta a la situación. Recuerda que si está ahí es porque en algún momento fue beneficiosa para el equipo, y podemos conseguir que vuelva a ser igual o incluso más valiosa. Así que insisto, aunque sé que es difícil lo conseguirás: ármate de paciencia y ¡calma! Necesitamos que estés centrado y con una actitud positiva para enfrentarte a este reto, esto es fundamental. Ese es el primer paso: tú.

Lo segundo que tenemos que hacer es saber por qué esa persona está actuando así. Evidentemente tiene que haber un motivo para su comportamiento. Ese motivo puede ser laboral o personal, pero sea cual sea su origen tienes que conocerlo para saber si está en vuestra mano ayudarle a solucionarlo y superar este momento juntos. Si lo conseguís (estoy segura de que así será) piensa que esto os unirá más y le darás la vuelta a la situación, pasarás de tener un empleado difícil a un devoto trabajador. Y no solo eso, sino que conseguirás también el reconocimiento del resto del equipo, porque serás su salvador. Ten estos beneficios en mente porque te ayudarán en tu motivación para afrontar el conflicto.

Recuerda que si esta persona forma parte de tu equipo es porque en algún momento fue beneficiosa para él, y podemos conseguir que vuelva a ser igual o incluso más valiosa". 

Y ahora, llega el momento: tienes que reunirte con él. Sí, no puedes obviar el problema, ni delegarlo, ni esperar a que solucione solo. Tienes que coger el toro por los cuernos, sentarte con él, ver qué está pasando y tratar de recuperar a esa persona para la empresa. Y cuanto antes lo hagas mejor: solucionar un problema cuando es pequeño es más fácil que hacerlo cuando se ha hecho gigante.

Para afrontar esta reunión te doy unos cuantos consejos. El primero es obvio: hazlo en privado. Si vais a hablar de cosas tan trascendentales que están alterando el clima laboral debéis hablarlo entre vosotros y que nadie más sea testigo. Así conseguirás que se abra más a ti y te ayudará a profundizar en la raíz del conflicto.

Otro punto importante en esa reunión es tu actitud: tienes que encontrar la manera de ser claro, pero amable y conciliador. Solo así conseguirás que se abra a ti y te cuente lo que sea que está pasando. Muchos intentarán ponerte nervioso, incluso sacarte de tus casillas con sus quejas. Tienes que mantener la compostura y hacer gala de tu saber estar ante este perfil de empleado. Mantén una posición relajada y nunca eleves el tono de voz, aunque él sí lo haga.

Tienes que encontrar la manera de ser claro, pero amable y conciliador. Solo así conseguirás que se abra a ti y te cuente lo que sea que está pasando".

Te puede ayudar la puesta en escena, es decir, cómo os sentéis. No te pongas en tu sillón, detrás de tu mesa, porque de esta manera parecerá que lo estás enfrentando y no es esa la situación que necesitas. Así que siéntate a su lado. De esta manera le estarás transmitiendo tu buena disposición y allanará el camino para que te hable de lo que le preocupa.

Y ahora al lío: cómo llevar la reunión. Ya sabes que se cazan más moscas con miel que con hiel, así que empieza recordándole que posee grandes cualidades que son valiosas para vosotros (porque las tiene, sino no estaría en vuestro equipo, y por ellas es que quieres que se quede). Eso hará que baje la guardia, te preste toda su atención, y, sobretodo, que no se ponga a la defensiva. Por supuesto no podemos quedarnos ahí, a continuación tienes que ser muy claro en que existe un conflicto, que estás ahí para lo que necesite, y que tu intención es ayudarl@ a solucionarlo. Ojo: no se trata de hacer todo lo que el empleado quiera pero sí de dedicarle más tiempo y atención. Hazle ver cuál es su conducta pero también cómo podrías ayudarle a mejorarla.

Lo sé, es un proceso largo, que requiere tiempo y paciencia y que, con frecuencia, querrás abandonar. Pero no te rindas, recuerda los beneficios que comentamos con anterioridad, que son mejores que la alternativa: que una persona valiosa tenga que abandonar el equipo.

Como cierre de la reunión es importante que establezcáis algunos compromisos. Esos compromisos deben ser mutuos, sí mutuos: recuerda que te has comprometido a ayudar, así que como conclusión tal vez sea bueno que hagas un resumen de lo que habéis acordado. Cuando lo hagas empieza por tus deberes, y después pasa a los suyos. Así le demostrarás que estás implicado al 100 %, que apuestas por él y que vais a conseguirlo, juntos.

Además, debéis acordar fechas para hacer el seguimiento de esos compromisos. Procura que no se dilaten mucho en el tiempo porque este trabajador requerirá que estés pendiente de él durante las próximas semanas.

Sé lo que parece: es más fácil decirlo que hacerlo. No te agobies, claro que puedes hacerlo. Solo tienes que encontrar la manera: ¿me dejas ayudarte? Tal vez podríamos ensayar juntos esa reunión, buscar la mejor manera de enfocarla y llevarla con éxito. Y hablar después de que la hayas tenido para que sea efectiva y no se quede en una simple charla más. Depende de ti, ¿quieres ser el salvador o el verdugo?