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¿Qué es el «leader centric»?
Tenemos el customer centric, el employee centric… ¿Para cuando el leader centric? Súmate a esta iniciativa, creemos el leader centric.
Telejefe: el jefe a distancia
Con o sin teletrabajo un jefe que no sea capaz de mantener su liderazgo en la distancia, no será un buen líder.
¿Cómo despedir con respeto a un miembro de mi equipo?

Prescindir de un trabajador respetándolo como persona.
Por desgracia, tengo amplia experiencia en despedir, pero quiero pensar que esa experiencia me ha enseñado las claves de despedir con respeto.
Es algo duro, que te deja varios días sin dormir, y dándole vueltas a la cabeza (muchas vueltas).
Primero pensando en si es la decisión adecuada, y segundo, intentando definir cómo hacerlo bien.
Buscando la manera de herir lo mínimo posible la autoestima de esa persona de cuyos servicios voy a prescindir.
Pero si algo he tenido claro en estos casos es que por muy desagradable que sea para mí ese trago, para la persona despedida lo es un millón de veces más.
Así que siempre me he regido por una máxima, despedir con el máximo respeto hacia la otra persona.
Los motivos para respetar y para despedir.
Sea lo que sea lo que haya motivado el despido, ten presente que esa persona necesita volver a trabajar.
Por lo tanto hay que tratar de que se vaya con la cabeza lo más alta posible.
Necesitará de todas sus fuerzas para volver a empezar, así que tenemos que intentar no arrebatárselas del todo.
Y digo sea cual sea el motivo, porque, aunque haya hecho algo muy grave debemos ser conscientes de que todos tenemos un mal día, todos tenemos un momento de debilidad.
Eso no nos convierte en malas personas (o mejor dicho en malos trabajadores), para siempre, por lo tanto no se puede esperar que vaya a hacer lo mismo en el siguiente trabajo.
Las personas cometemos errores muy graves, eso sí, pero al fin y al cabo errores.
Despedir no es cerrarle la puerta de su futuro.
Todos somos humanos, y en ocasiones la ignorancia, la arrogancia, la falta de carácter, el compañerismo mal entendido, o simplemente la mala cabeza, nos llevan a donde no deberíamos haber ido nunca.
Sí, ha metido la pata, hasta el fondo, pero ¿quiénes somos nosotros para condenar el futuro laboral de nadie?
También entiendo que no puedas mirar para otro lado y tengas que tomar una decisión tan drástica como es prescindir de un miembro de tu equipo.
Tienes un equipo que liderar y hay cosas que no se pueden permitir.
Porque ser líder tiene una parte muy bonita: motivar, implicar y desarrollar personas es genial.
Pero liderar también implica tomar decisiones difíciles.
Y no es justo para el resto del equipo que a alguien se le permitan cosas que a los demás no. O que otros tengan que hacer su trabajo porque no puede o no quiere hacerlo.
(si quieres saber más acerca de esto hay varios artículos sobre el tema aquí)
Despedir con respeto para que busque su lugar.
Manteniendo a alguien en un puesto que no le corresponde, no le haces ningún favor.
Llamadme optimista, pero siempre he pensado que lo bueno siempre está por venir y que hay un lugar adecuado para cada persona, y si ese no es el suyo, aunque no lo vea en ese momento, no es bueno para él.
Sé que la gente tiene miedo al cambio, y por supuesto sé que quedarse sin ingresos de repente es un golpe muy muy duro.
Pero también sé que todos, más tarde o más temprano, encontramos nuestro camino.
Antes o después aparece el lugar de trabajo que nos hace feliz y en el que encajamos a las mil maravillas, aunque nos hayan obligado a extender las alas y volar para hallarlo.
Eso, a medio y largo plazo, es bueno para esa persona, aunque en el momento le cueste mucho verlo.

Cómo ayudar a alguien del que debes prescindir.
Ayudarle a conseguir visualizar que en su futuro encontrará algo más adecuado a su perfil debe ser uno de nuestros objetivos cuando efectuemos el despido.
No es fácil.
Tenemos que escoger con mucho cuidado las palabras adecuadas.
Que la persona despedida no se quede con la idea de que le estás diciendo que prescindiendo de sus servicios le estás haciendo un favor.
Porque no es así.
Y no es eso, para nada, lo que queremos transmitir.
Despedir con respeto identifica a los buenos líderes.
Comprobarás que estoy dando por sentado que no te equivocas con la dura decisión que has tomado.
Y lo hago porque confío en ti y en tu criterio.
A ningún líder le gusta despedir, pero normalmente en estos casos las señales de lo que debes hacer son enormes, y leerlas para ti, como buen líder que eres, es fácil.
Además, se supone que has hecho todo lo necesario para darle la vuelta a la situación.
Que no puedes trasladar a esa persona a otro puesto, o a otra parte de la empresa.
Si es así y no queda más remedio que despedir a alguien, vamos a hacerlo con respeto.
Cuando tienes claro que una persona debe ser despedida lo peor que puedes hacer es demorar la situación. Esa nunca es una buena decisión».
¿Cómo despedir a alguien mostrándole respeto?
No demores la situación.
Mi experiencia me dice que cuando tienes claro que una persona debe ser despedida lo peor que puedes hacer es demorar la situación.
Esa nunca es una buena decisión, porque lo único que va a pasar, y, créeme, lo sé por que me ha pasado demasiadas veces, es que la situación vaya a peor.
Nunca, en ninguna circunstancia, ha mejorado.
Y hablo del 100 % de los casos, así que si lo tienes claro aborda el tema y prepárate para efectuar un despido.
Retrasarlo solo lo hará todo más difícil: para él, para el equipo y para ti.
Aspectos legales del despido relacionados con el respeto al trabajador.
Una vez tomada la decisión lo primero que tienes que hacer es tener en cuenta los aspectos legales del despido.
Hacerlo y hacerlo bien implica unos pasos que en ningún caso te puedes saltar porque podrían implicar un despido nulo.
Y eso es un lío monumental porque te obligará a volver a readmitir al trabajador y como comprenderás, eso no va a resultar fácil para él ni para el resto.
No sería tener en cuenta la dignidad de ese trabajador.
Volver a un sitio donde te han dejado claro que no te quieren solo acarreará problemas para todos.
Por tanto, asesórate con un buen equipo de abogados y ten muy claros los pasos legales a seguir sin saltarte ni uno.
¿Qué decir para despedir con respeto?
Ahora llega el momento clave: la charla.
Mi primer consejo es que te prepares mental y sentimentalmente para esa conversación.
No puedes hacer esto en un hueco entre reuniones o llamadas de teléfono.
Estamos hablando de algo que afectará gravemente a la vida de esa persona y eso se merece que te tomes tu tiempo y que pongas en ello todos tus sentidos.
Y digo que te prepares también sentimentalmente porque no es algo fácil: por muy duro que seas (o que te lo hagas), sabes que vas a comunicarle algo que pondrá su mundo del revés y hacerlo te afectará a ti y también al equipo.
Por eso si tu objetivo es despedir con respeto a esa persona que ha compartido parte de su vida contigo y tu equipo prepárate conscientemente para lo que debes hacer.
Todas las personas con las que nos relacionamos nos despiertan algún tipo de sentimiento, por pequeño que sea, y créeme, todos ellos aflorarán en ese momento como un torbellino que te estrujará el corazón.
Y el que lo esperes no lo hará más fácil pero sí puede ayudarte a sobreponerte y poner todo tu empeño en hacer esto lo mejor posible.
Y lo más importante: puede y debe prepararte para hacerle el trago al despedido más llevadero.
Las personas primero, aunque tengan que irse.
Porque tu prioridad en este momento debe centrarse en él.
Es él, la persona despedida, la que más pierde en esto.
Aunque estés convencido de que él se lo ha buscado piensa que vas a abrir un enorme abismo bajo sus pies.
Así que ponte en su lugar.
Cada persona es un mundo, y debes conocer a tu interlocutor para poder adaptarte a lo que necesita oír en este caso.
Hay quien no quiere que se le den vueltas a las cosas y que se lo digas rápido y sin rodeos ni circunloquios.
Pero también hay quien espera comprensión, cariño y que le cojas de la mano para no caerse de la impresión.
¿Qué decir para mostrar respeto durante el despido?
Tienes que ser claro, directo y explicarte bien desde el principio.
No puede quedar ninguna duda de que el despido es efectivo desde ese mismo momento, y que no hay nada que pueda hacer o decir para evitarlo.
Así que empieza por ahí.
Para decir eso no tienes porque ser hiriente, o cruel.
Claro que debes ser transparente y sincero, pero el cómo se dicen las cosas es casi tan importante como el qué se dice.
Y este es uno de los momentos donde esto es enormemente importante, porque la sensibilidad está a flor de piel.
Evita en todo momento hacerle sentir avergonzado por no haber dado la talla».
Busca la manera de hacerte entender, y evita en todo momento hacerle sentir avergonzado por no haber dado la talla, porque no haya hecho un buen trabajo, porque no haya cumplido con vuestras expectativas o porque ha cometido una falta grave.
Ahora ya no sirve de nada, y aunque debemos aprender de nuestros errores podemos hacerle ver la situación desde el punto de vista positivo y no echarle a él toda la responsabilidad de lo que ha pasado.
Ten presente que eso es así: que alguien falle en la empresa no es solo culpa suya.
Tal vez no deberíamos haberlo seleccionado, o tal vez nuestro nivel de exigencia es demasiado alto, o tal vez nuestros controles han fallado y han permitido que se cometiera una enorme negligencia.
Pero que alguien no sea la persona adecuada para el puesto no es solo responsabilidad suya.
Todos nos hemos encontrado con gente que por mucho que se esfuerza y deja toda la carne en el asador no encaja, y eso, como digo, no es culpa suya.
Pero sí es quién paga los platos rotos.
Prescindir de alguien no es buscar culpables.
Cuando digo que no hay nada que pueda hacer o decir para evitar el despido es porque lo que no puedes permitir es que la comunicación del despido se convierta en una discusión.
La decisión ya está tomada y no beneficia a nadie que os enzarcéis en quién dijo o hizo qué y cuándo lo hizo.
Eso no lleva a ninguna parte, o sí: a que los dos acabéis con un enfado monumental, os gritéis a pleno pulmón y asustéis con vuestra batalla dialéctica al resto del equipo que os contemplará atónito.
Ahora nada de eso es pertinente: déjale explicarse, o incluso que repita las excusas de siempre.
Tiene todo el derecho del mundo a desahogarse y debes permitirle hacerlo, pero no entres al trapo.
Por tu parte lo que toca es que le agradezcas la labor que ha realizado, porque seguro que algo ha hecho bien, y que recuerdes todo lo positivo que ha aportado a la empresa y al equipo, que seguro que también lo hay.
Sacar a la luz todos los fracasos que han llevado a tomar esta fatídica decisión solo harán que la persona se sienta atacada, herida y le provocarás un resentimiento que no traerán nada bueno para nadie.
La vida es larga y el mundo un pañuelo y podéis volver a encontraros en el camino.
Deja la puerta abierta a que puedas ayudarle en su nueva búsqueda de trabajo, pero sólo si crees que lo merece y realmente estás dispuesto a hacerlo».
No le crees falsas expectativas ni te comprometas a nada que no puedas cumplir.
Ayúdalo a continuar su viaje.
Una forma de arrimar el hombro sería que le proporciones una carta de recomendación.
Es una forma de hacerle saber que le apoyas en el futuro que emprende y que esto solo es una piedra en el camino que podrá superar y que tienes toda la intención de ayudarle a hacerlo.
¿Crees que esto se ha acabado?
Pues no: hay que comunicar al equipo que esa persona ya no forma parte de él.
Y al hacerlo hay que ser muy cuidadoso, porque como decía al principio esa persona tiene que poder seguir adelante, abrirse camino en otro sitio, y no tiene porque estar pagando por un error el resto de su vida.
Así que, otra vez insisto, no lo condenemos.
No explicar abiertamente los motivos que han llevado a prescindir de esa persona nos puede hacer quedar como el malo de la película.
Pero si eres un buen líder los que te conocen y trabajan contigo sabrán que si lo has hecho es porque tenías motivos sobrados para ello.
Quizá no sepan qué pasó exactamente pero si les demuestras cada día tu buen juicio, tu justicia y tu generosidad confiarán en ti y en tu criterio.
Despedir con respeto para ser mejores líderes.
Hablar mal de alguien con quien hemos trabajado, aunque tengamos razones y pruebas para hacerlo, no te hace mejor líder.
Pregúntate, ¿qué ganas con ello?
Hacer leña del árbol caído no trae nada bueno, para nadie, y todos tenemos que pasar página de lo que ha pasado y seguir adelante.
Ese es mi consejo, es lo que yo siempre he hecho en estos casos, y la verdad, me ha ido bien.
Con la mayoría de la gente que he tenido la desgracia de despedir me han unido lazos incluso de amistad y de buenos deseos mutuos a lo largo del tiempo.
¿Y sabes otra cosa muy importante?
A todos les ha ido bien, y yo me he alegrado por ellos muchísimo.
Y sé que ellos se alegran también de mis éxitos y me lo hacen saber.
Porque despedir puede ser una mala pasada pero despedir con respeto es un arte.
Si quieres dominarlo reserva una primera cita conmigo y te digo cómo hacerlo aquí.




A estas alturas ya sabes que no puedes controlarlo todo. Hay multitud de variables externas que influyen en la economía y en la sociedad que no podemos manejar y que inciden, irremediablemente, en nuestras organizaciones. Cuando esto ocurre y nos asaltan imprevistos imposibles de vaticinar, encarar la situación resulta, como poco, retador.
Por otro lado, tienes que darles también la oportunidad de que pregunten, de que te muestren sus miedos porque será la mejor manera de poder despejarlos y combatirlos. Y, sobre todo, un consejo importante: no mientas. Ya sé que he dicho que no seas alarmista, pero eso no te da carta blanca para decir cosas que sabes que no podrás cumplir. Dar la cara dice mucho de ti y ayudará a los demás a saber qué esperar y por tanto adaptarse a la nueva situación más rápidamente.
Otro punto a tener en cuenta es el reconocimiento laboral: tienes que premiar y felicitar a los que lo están haciendo bien. Por favor, invierte tiempo en esto (y no sólo en tiempos de crisis), porque es importante y hará que la gente se sienta más implicada en los objetivos y, por tanto, trabajará más y mejor. Todo elogio que haga a las personas sentirse satisfechas con su buen hacer y su gran desempeño hará que su motivación crezca y, con ella, que los resultados sean mejores. No tiene por qué llevarte tiempo, pero esos 5 minutos al día bien invertidos pueden valer más que un gran cheque. Un ejemplo sencillo: de vez en cuando envía un email de felicitación a toda la empresa por algo bueno que haya pasado (siempre hay cosas buenas, sólo tienes que buscarlas) y felicita a los empleados por el trabajo bien hecho. Tú te sentirás bien, y ellos se sentirán bien. Y ojo, que la clave aquí es que hay que hacerlo de vez en cuando, no una vez aislada. Si lo haces con asiduidad generarás un espíritu de positividad que se contagiará, correrá como la pólvora por toda la empresa, y creará una mejor atmósfera de trabajo. Y eso, a corto, medio y largo plazo, se mire por donde se mire, implica beneficios.
Cuando delegas tienes que establecer muy claros varios principios básicos: el trabajo a realizar, los objetivos, las expectativas. Tienes que saber transmitir el por qué, el para qué y el cómo. Además, tienes que conseguir que quien vaya a realizar el trabajo lo haga suyo y que comprenda la importancia y el alcance de éste. Pero también tienes que establecer un canal de comunicación con quien le hayas delegado el trabajo para ver cómo evoluciona, si necesita algo, si todo va como esperabais, si hay que hacer algún cambio o modificación.
La siguiente resistencia es también muy común: yo lo habría hecho de otra manera. Pero ¿acaso no hay distintos caminos para llegar al mismo sitio? El que tú lo hicieses de distinta forma no significa que sea la única ni tampoco la mejor, es preferible que lo sepas. Y que alguien aporte algo nuevo y fresco puede ser de gran ayuda a vuestro equipo. Es más, mi consejo es que debes incentivarlo y promoverlo: probar cosas nuevas, atreverse, intentarlo, conseguirlo y alcanzarlo debe ser una prioridad para todos en la empresa. En este mundo tan ágil y que cambia de manera tan veloz la única manera de sobrevivir y acariciar el éxito es adaptarse y no lo vais a hacer si os quedáis inmóviles y siempre hacéis las cosas de la misma manera. Así que tienes que superar esto y hacerlo ya. Permite que otros aporten su granito de arena, aunque tú tuvieses otra idea en la cabeza. Tal vez tenga razón y, por otro lado, ¿has pensado alguna vez que no estás en la posesión absoluta de la verdad? Pues déjame decirte que no lo estás. Sí, aciertas muchas veces, la mayoría, por eso estás donde estás, pero ¿y si…? Las posibilidades son infinitas, dales una oportunidad a los demás para que las aporten.
Hace años el que era mi jefe me dijo que para aprender tenía que equivocarme y fallar, que él asumía que los errores eran una parte de mi trabajo y de mi salario, y debo reconocer que en aquel momento odié esa idea con todas mis fuerzas, y pensé: ¿por qué tengo que estrellarme para hacer mejor mi trabajo, con lo que duele? ¿No sería más fácil aprender por las buenas, no por las malas? Porque, no te voy a engañar, sentir que has fallado es duro y difícil de digerir. Y yo no lo entendía, o no quería entenderlo.
Y ahora vamos a continuar. Estábamos en la parte en la que decía que tenemos que reflexionar y saber dónde hemos fallado para poder corregirlo, recomponernos, y salir de nuevo a comernos el mundo. Porque eso es lo siguiente: vamos a volver a intentarlo y vamos a tener éxito, que ya hemos tenido bastante de lo contrario. Pero para llegar ahí aún falta un poquito, ten paciencia.
Una vez asumido el fracaso, toca dar el siguiente paso: recomponerse. Y para esto, como estás en horas bajas, es posible que precises ayuda. Necesitas un pilar, un bastón en el que apoyarte en estos momentos, que te permita volver a levantarte. Ese pilar pueden ser tu familia, o tus amigos, pero también puede ser otra cosa. Hace poco leí un artículo donde el autor afirmaba que su bastón para superar los baches era su fisioterapeuta, que, según decía, hacía milagros con él. Curioso, ¿verdad? Todos hemos oído historias de gente a la que un viaje con una ONG a un país desfavorecido le cambió la perspectiva de su existencia. O puedes contactar con un coach que te ayude a reconducir tu vida.


