Que las soft skills son importantes lo tenemos todos claro a estas alturas. Cientos de artículos, post, blogs y cursos, nos lo recuerdan a diario. De hecho, es trending topic de todos los gurús de los recursos humanos. Pero tengo que confesarte algo: estoy hasta el moño de las soft skills.
¿Por qué? Porque, sinceramente, no creo en las modas. Creo en los modos, y, sobre todo en las personas únicas, distintas y auténticas.
Me parece que no es sano que sólo la perfección sea lo que valga y que haya una sola vara de medir. De hecho, creo que no somos perfectos, y no deberíamos querer serlo. Y, sobre todo, no podemos ser buenos en todo y todo a la vez.
Es maravilloso ser locos, ansiosos, resistentes, y desesperantes de vez en cuando, no solo resilentes, flexibles y comprometidos.
Sé que tú quieres que me comporte de determinada manera, pero yo no soy así, y, ¿la verdad?, tampoco quiero serlo. Creo que soy genial como soy, así que: ¿por qué tratas de cambiarme?
Si me has contratado, si cuentas conmigo, es precisamente por eso, por lo me hace único como individuo. Así que insisto: ¿por qué te esfuerzas tanto en conseguir que sea otro? ¿De verdad quieres que sea como el de al lado?
Lo dicho, estoy hasta el moño de las soft skills.
Por supuesto, creo firmemente en la formación. ¡Cómo no hacerlo! Soy crítica pero no estoy loca (o no tanto al menos).
Pero pienso que deberíamos potenciar lo que mejor se nos da a cada uno, no que traten de cambiarnos para ser una fotocopia de otros, o lo que otros esperan que seamos.
Todo es una cuestión de expectativas, lo sé: tú esperas algo de mí, y yo debo dártelo. Pero ¿es esto lo correcto? ¿No podría ser al revés: que yo me comporte como soy, con naturalidad y honestidad, y que tú lo aprecies en toda su extensión?
Me voy a poner de ejemplo (no porque sea ejemplo de nada, sino porque soy la persona que mejor conozco): soy una leona. Sí, ya sé que no es exactamente una soft skill que suela salir en los rankings, pero se le parece bastante a algunas de las que ahí salen. Además, es más descriptivo, seguro que ya te lo estás imaginando.
En fin, como te decía, que me voy por las ramas: soy una leona. Soy muy peleona, no me rindo y siempre lucho hasta las últimas consecuencias por lo que quiero. Y claro, soy muy territorial.
Personalmente, creo que esto es algo bueno. Sé que las leonas no abundan, así que me siento bien, sé que soy distinta, y lo asumo. Me gusta pelear por los míos. Hacer algo por los demás, por los que me importan, me ayuda a sentirme bien.
Además, esta característica tan especial es muy buena para mi empresa, porque me hace perseguir los objetivos con mucho ahínco. Los persigo hasta conseguirlos, sin desfallecer. Y aunque esté mal que yo lo diga, ¡qué porras!, no se me da nada mal, porque los consigo siempre.
Así que, por eso, para mi ser una leona es algo bueno. Soy yo en estado puro y me encanta serlo.
Pero solo es algo bueno, hasta que no lo es.
¿Y cuando no lo es? Cuando me pides que sea un ratón, o un cordero, o una ovejita sola y desvalida.
¿Puede una leona esconder sus garras? Por supuesto, no me paso el día peleando contra todo. Eso sería agotador, además de tremendamente estúpido.
Y claro que me puedes pedir que me adapte, que no esté constantemente luchando. Pero no me puedes pedir que me esconda, que dé una imagen distinta de la que soy, porque eso me mata.
¿Podría hacerlo? Sí, supongo que sí.
¿Quiero hacerlo? No
No puedes encerrar a una leona en el garaje y pensar que, al volver a casa, el garaje estará igual que cuando la dejaste allí encerrada ¿verdad?
Además, si lo que me pides hoy no es lo mismo que me vas a pedir mañana, pero no haces nada para ayudarme a conseguirlo: ¿quién está fallando, tú o yo?
En fin, como veis soy muy crítica con el tema, y es cierto que estoy hasta el moño de las soft skills 😂
Pero es que creo que cada uno es perfecto, sí perfecto, lo que he dicho antes que no debemos perseguir. Solo que, en mi humilde opinión, cada uno lo es por como es. Con sus virtudes y sus defectos.
Soy de las que piensa que hay un lugar adecuado para cada uno. Y ese lugar no tiene por qué ser el que otros quieren que sea.
Forzar las cosas, esperar algo de alguien que no puede o no quiere dártelo, es frustrante para ambas partes, y solo conduce al fracaso más estrepitoso.
¿Sabes por qué?
Porque en ningún ranking de soft skills veo cosas tan importantes como la felicidad. ¿O acaso has visto algún listado en el que figure esa habilidad?
Y, sin embargo, felicidad es lo que todos perseguimos. Es lo que más nos importa, y de eso también hay multitud de estudios y encuestas que lo ratifican.
¿Por qué, entonces, la capacidad para ser feliz no está en ninguno de los rankings de las soft skills más buscadas por las empresas?
Si tú, como yo, estás hasta el moño de la soft skills, tal vez deberíamos plantearnos, en lugar de tratar de cambiar a las personas, cambiar las cosas.
Y en eso, yo te puedo ayudar.
Dejar un comentario
Add a Comment