Hace mucho tiempo alguien muy importante para mí me dio una lección que ahora me gustaría compartir con todos sobre cómo ser un buen mentor.
Aunque es posible que ya conozcas la historia de Mentor, me voy a tomar la libertad de compartir mi propia versión. Debo advertir que no deja de ser eso, mi propia versión, y que me tomaré ciertas licencias con el fin de llegar a mi objetivo.
La historia de “El buen Mentor” empieza así:
Mentor era el mejor amigo de Ulises. Cuando éste se fue a la guerra de Troya, dejó a su hijo, Telémaco, a su cargo.
La petición de Ulises a su amigo fue muy clara: “Mentor, en mi ausencia, enseña a Telémaco todo lo que sabes”.
Mentor sabía mucho y Ulises, conocedor de ello, pensó que no podría haber mejor profesor que acompañase a Telémaco en su desarrollo.
Mentor se puso manos a la obra y enseñó a Telémaco durante los largos años de ausencia de Ulises. Con amor y paciencia le transmitió, tal como su amigo le había pedido, todo lo que sabía.
Los años pasaron, y Ulises consiguió volver a casa después de su Odisea.
En cuanto le fue posible, se sentó con Telémaco para comprobar todo lo que había aprendido con su amigo Mentor.
Mentor había cumplido su petición a rajatabla: Telémaco sabía muchas cosas, pero eso no evitó que Ulises estuviese muy decepcionado.
¿Cuál era el motivo de la decepción de Ulises, te estarás preguntando? ¿Es que acaso su hijo no cumplía sus, tal vez, elevadas expectativas?
El motivo de la decepción de Ulises fue constatar que Mentor había enseñado a Telémaco todo lo que sabía, sí, pero nada más. Su hijo no sabía nada que Mentor no le hubiese enseñado.
Entonces, ¿qué debería haber hecho Mentor? O, lo que es lo mismo, ¿cómo ser un buen mentor?
Antes de contestar a esa pregunta, creo que tenemos que ponernos de acuerdo en qué es un mentor.
Para mí, un mentor es alguien que, gracias a sus conocimientos y experiencia, ayuda a los demás a desarrollar todo su potencial.
Sé que es un slogan muy trillado, pero un mentor es el que te da alas. Sí, como el Red Bull (de nada Red Bull 😂).
Un mentor debe hacer volar a su equipo, conseguir que alcen el vuelo y brillen en el firmamento. Un buen mentor volará con ellos.
Es algo tremendamente generoso porque muchas veces las personas que mentorizas se convierten en un profesional mejor que tú. Y no todo el mundo puede asimilarlo.
Hay a quien no le gusta que le hagan sombra. Quien se aferra con uñas y dientes a su silla y vive con el miedo constante a perderla. Incluso los hay que se alegran más con el fallo ajeno que con el éxito propio.
Ese tipo de personas suele rodearse de gente que cree que nunca le superarán. Y por supuesto, aplastan de raíz todo intento que pueda suponer una amenaza a su trono.
Suelen ser los que critican constantemente a su equipo, dentro y fuera de la empresa. Los que dicen que no tienen en quien delegar. Esos que se quejan constantemente de que no hay talento.
Pero ¿sabes qué? Ese tipo de personas, con esa actitud tan negativa, nunca conseguirán que sus proyectos tengan éxito. Porque el éxito es el resultado de conseguir que el equipo, cada miembro del equipo, se dé al máximo. Y claro quien, como Atila, no deja que la hierba crezca a su paso, es imposible que saque flores de un campo yermo.
Dejadme decir algo muy alto y claro: ¿dices que no hay talento? Pues te equivocas: creas talento si crees en él.
A mi modo de ver, no hay nada más placentero profesionalmente que acompañar a otro en su camino al éxito. Ver cómo se va transformando, cómo va aprendiendo, cómo va mejorando día a día. E incluso, ver cómo te adelanta en su carrera profesional, es muy gratificante.
¿Por qué? Muy fácil: porque gracias a eso conseguirás llegar dónde no habrías llegado.
Pero ¿cómo ser un buen mentor? Estas son algunas de las cosas que puedes hacer para conseguirlo:
- Acompaña a tu equipo
- Rétalos constantemente
- Haz que se pregunten el cómo, el por qué
- Fuerza que se cuestionen el estatus quo imperante
- Transmíteles tu confianza en su potencial
- Ponte de su lado en las adversidades
- Apóyales en sus batallas
- Pon a pruebas sus habilidades
- Escucha sus protestas
- Guíales en su camino
- Motívales a ser mejores
- Potencia sus diferencias
- Comparte sus éxitos
- Alienta su ánimo
- Muéstrales tu disponibilidad
- Incentiva sus iniciativas
- Créales un espacio propicio
- Haz visibles sus conquistas
- Cura sus heridas
- Sé generoso en los triunfos y egoísta en los fracasos
En definitiva, si quieres ser un buen mentor, hazles volar, y volarás, con ellos, más alto de lo que nunca creíste posible.
Si necesitas ayuda para conseguirlo, aquí estoy para ayudarte.
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