Cómo tener empleados más felices y productivos debería ser el objetivo de cualquier líder. Porque, ¿qué tipo de trabajador prefieres que atienda a tus clientes? ¿Prefieres a alguien amargado, triste y resentido o a alguien alegre, amable y servicial? ¿Quién de los dos crees que los atenderá mejor?
Está claro que todos elegimos el segundo, así que la siguiente pregunta resulta obvia. Si prefieres empleados alegres y felices: ¿qué haces para conseguir que lo estén? ¿Cuánto esfuerzo dedicas a procurar su felicidad?
Si prefieres empleados alegres y felices: ¿qué haces para conseguir que lo estén? ¿Cuánto esfuerzo dedicas a procurar su felicidad?
Seguro que inviertes gran cantidad de tiempo (y dinero) en poner en marcha planes de mejora continua. O en programas para aumentar el rendimiento. O en sistemas que os permitan alcanzar la máxima calidad. Pero, y por favor, sé sincero: ¿cuánto has invertido en la salud emocional de tu equipo? ¿Qué has hecho para mejorar su bienestar?
La felicidad laboral y la productividad van de la mano. Si mejoramos la primera la segunda aumenta de manera inmediata. Y sé que todos lo sabemos, así que me pregunto ¿por qué no nos preocupamos más por la felicidad de nuestra gente?
En los Consejos de Administración se habla de finanzas, de fusiones y adquisiciones, de rendimiento neto. Pero ¿cuánto creéis que se habla en ellos de la felicidad de los trabajadores? Si has pensado nada, has acertado: por desgracia, esa es la respuesta correcta.
Esto tiene que cambiar. No podemos seguir pensando en los trabajadores en términos de recursos o de activos: son personas. Personas que, con sus complejidades y simplezas, sienten y padecen, y eso tenemos que cuidarlo.
Esto tiene que cambiar. No podemos seguir pensando en los trabajadores en términos de recursos o de activos: son personas. Personas que, con sus complejidades y simplezas, sienten y padecen, y eso tenemos que cuidarlo. Los riesgos psicosociales que se derivan de un trabajador que experimenta estrés, ansiedad o una depresión asociada al mobbing, por ejemplo, tienen un coste humano y económico elevadísimo. Y no deberíamos estar dispuestos a pagarlo.
Permíteme hacerte otra pregunta, perdona que hoy esté tan insistente y obligándote a hacerte pensar. ¿Qué trabajador crees que será más feliz, y que, por tanto, trabajará mejor? ¿El que su empresa le ha demostrado que se preocupa por él y se siente valorado y escuchado? ¿O, por el contrario, el que se siente una herramienta más, sustituible y reemplazable?
Sé que has dado la respuesta correcta: el primero. A estas alturas, por tanto, es posible que te haya convencido de lo importante que es cuidar la salud emocional y el bienestar de tu equipo. Ese es un primer gran paso: vamos por buen camino. Pero llega la parte difícil, y es: ¿qué podemos hacer para conseguirlo?
Hay situaciones en el curso de la vida que pueden afectar temporalmente a nuestro rendimiento laboral: una promoción que implica liderazgo de personas, atravesar una crisis matrimonial, el fallecimiento de un ser querido...
Diferentes estudios han dado con la solución a este problema: implementar un Plan de Apoyo a Empleados (PAE).
El PAE es un servicio que pone la empresa a disposición del trabajador para proporcionarle apoyo psicológico ante situaciones complejas tanto en el ámbito laboral como en el personal.
Voy a tratar de explicarme mejor. Hay situaciones en el curso de la vida que pueden afectar temporalmente a nuestro rendimiento laboral: una promoción que implica liderazgo de personas, atravesar una crisis matrimonial, el fallecimiento de un ser querido…
¿Quién no ha afrontado un problema personal alguna vez y bajó la guardia en el trabajo? ¿O quién no ha tenido que pasar por un mal trago en cierto momento de su vida y se mostró ausente en la oficina? Seguramente es algo que, si somos sinceros, nos ha pasado a todos.
Proporcionarles a los empleados un consejero personal que les dé apoyo y asesoramiento para atravesar con éxito este tipo de situaciones lleva a organizaciones más felices. Empleado Feliz, Empresa Feliz (lo sé, es Esposa Feliz, Vida Feliz, pero me gusta más mi frase 😉)
Empleado Feliz, Empresa Feliz (lo sé, es Esposa Feliz, Vida Feliz, pero me gusta más mi frase 😉)
De hecho, las empresas tienen un enorme potencial para mejorar el bienestar de sus empleados. Si se aplica de la manera correcta, ese potencial es rentable y repercute positivamente en el rendimiento de toda la organización. Y lo digo porque este tipo de programas se percibe a veces como un coste añadido, pero nada más lejos de la realidad.
Es más bien al contrario: supone un ahorro económico para la empresa. De hecho, según el World Economic Forum, el promedio del retorno de la inversión (ROI) es de ¡¡2,54 euros por cada euro invertido en programas de bienestar!! ¿Y aún lo dudas?
Por si acaso, aquí tienes más razones, además de las económicas, para poner en marcha un PAE en tu empresa:
- Aumentan la productividad
- Facilitan un mejor desempeño
- Reducen el absentismo
- Mejoran el ambiente de trabajo
- Elevan la moral
- Favorecen la retención y atracción del talento
- Amortiguan el impacto de situaciones críticas en la plantilla
- Mejoran la imagen interna y externa de la empresa
- Ayudan a la empresa a ser socialmente responsable
- Permiten cumplir con la normativa de riesgos psicosociales
Según el World Economic Forum, el promedio del retorno de la inversión (ROI) es de ¡¡2,54 euros por cada euro invertido en programas de bienestar!!
Pero ¿y si eres una PYME? Pues no, tampoco sirve esa excusa. ¿O es que acaso crees que por que tengas menos empleados, estos no pueden tener problemas?
Una característica de las pequeñas y medianas empresas, en las que trabaja poco personal, es que los lazos entre los empleados se vuelven más estrechos, lo sé. Esto podría parecer un inconveniente para la eficiente implementación del PAE, pues uno de los temas que más preocupan es el de la confidencialidad. Sin embargo, el programa resguarda muy bien la identidad de los usuarios al trabajar bajo tres pilares: voluntario, gratuito y confidencial. Así que ya ves, no hay razón para que no lo pongas en marcha. 👉 ¿Cuándo empezamos?
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